domingo, 2 de enero de 2011

La quinta.

El se encontraba en una hermosa quinta en el campo, en la provincia de Córdoba. Era un lugar maravilloso, abundaba de árboles, plantas, ademas de una hermosa piscina y una cancha de tenis, y con una tranquilidad que le hubiera otorgado paz a la persona mas desdichada de este planeta. Aunque el, Fernando, vivía en la ciudad de Buenos Aires (donde trabajaba de arquitecto) solía pasar allí los veranos, como unas pequeñas vacaciones el iba a buscar allí refugio para su cuerpo y su mente después de los exitosos (el éxito parecía una cualidad en el desde su nacimiento) negocios que habían abarcado su año laboral.
Aunque Fernando era unos de esos hombres que la vida los destina a triunfar, esto tenia un precio. Tenia varios defectos en su carácter, era una persona con gran mal humor, poca paciencia, que solo se preocupaba por si mismo y que si para triunfar tenia que pasar por arriba de sus familiares y amigos lo haría, no conocía la traición, la piedad, el respeto o el juego limpio. Ademas tenia varios problemas con el alcohol.
Lo que voy a narrar a continuación sucedió en la quinta donde el se encontraba, durante un caluroso enero del 83, luego de este hecho nadie volvió a encontrar al arquitecto.
El 14 de enero Fernando se encontraba en la quinta, abajo de unos hermosos pinos, tomando whisky, de el de mayor precio, el no compraba nada que no tuviera "el mayor precio".
Mientras pasaba las horas sentado y admirando la vida que (según el) merecía, noto que estaba oscureciendo entonces entro a la casa. Para entonces ya estaba un poco ebrio, logro entrar a la casa sin inconvenientes, se sentó en el sillón y comenzó a llorar, algo habitual cuando estaba ebrio. Lloraba por causas que se escondían en su inconsciente, tal vez deseos que no pudo cumplir, personas que no logro olvidar del todo, miedos de la infancia, lo mas probable es que lloraba por todo eso, esas desdichas enterradas en lo mas profundo, en lo mas hondo, lejos de su imagen de triunfador se escondía un hombre solo, triste, que cualquiera de apiadaría al verlo, que solo lo notaba el, y cuando no estaba sobrio. Temía que alguien lo viera así, un hombre como el no podía (¿ni debía?) encontrarse en esa situación.
Luego de estar así por unos minutos, llego a la habitación y antes de acostarse se vio en un espejo. No puedo transmitir lo que vio, lo único que puedo decir es que lo que vio no le gusto para nada, vio un hombre solo, triste, patético. pero sobre todo y mas importante, vio a un hombre que no quería seguir siendo, no podía continuar siendo ese hombre, con todas sus riquezas que eran el triste intento de disimular una felicidad que (esa noche gracias al espejo) noto que nunca iba a alcanzarla viviendo de esa manera.
Salio corriendo de la casa hacia el establo, soltó uno de los caballo y así partió, sin nada mas y nada menos que el y el caballo.
Como dije antes nadie sabe donde se encuentra Fernando ahora. A mi (su único hermano, y único familiar vivo) me llego una carta de el, me dijo que se encuentra en un pueblito, en Salta. Se caso con una mujer y tuvo tres hijos, no me dijo a que se dedica ahora pero me dijo algo que nunca ( ni con todo su dinero) se lo había escuchado decir antes, me dijo que era feliz.

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