miércoles, 13 de abril de 2011

Una confesión de alguien mas

Este relato es ficticio y no representa (necesariamente) mis pensamientos.

Siempre tuve la certeza de que mientras más esperaban algo de mí las personas, más fracasos obtendría.
En mi juventud no muchas personas esperaban algo de mí, claro que mi familia y mis amigos me tenían fe, pero todos los demás no me creían capas de nada. Eso no me molestaba, en realidad, me facilitaba mucho las cosas, yo era muy consciente de que mis pequeños logros (que nadie era capas de notar) crecerían y se convertirían en victorias, grandes hazañas de una gran persona. Yo creía eso, ese ingenuo pensamiento era mi motivación: Que el florecimiento de mis ideas me llevaría algún día al éxito, al reconocimiento, a la devoción por parte de personas que no conocía pero que me admiraban.
Mientras crecía comencé a sentir una gran desmotivación en mi. Ya nada me causaba alegría. Ya nada me causaba tristeza. Era como ser el espectador de una película donde yo, obviamente, sentía pero donde nunca nada me podía afectar. Me parecía todo tan irreal, todo tan simple. Ya no disfrutaba de encontrarme con un amigo en la calle, ya no sufría por falta de amores. Era incapaz de que algún sentimiento entre en mí  y que yo me pueda comprometer con ese sentimiento realmente.
Tal vez en una ocasión logre sentir algo por una mujer. Fue en la universidad. Ella era una mujer muy inteligente, de esas que saben lo que quieren, de esas que toman todo de uno y lo utilizan para crecer. No puedo culparla por eso, eso es lo que las mujeres inteligentes hacen. Creo que sufrí por esa mujer, pero no recuerdo haber llorado. Pero no fue amor, ¿no?, yo no esperaba nada de ella, yo solo estaba ahí, dejándome absorber, observándola, participando de su vida como un objeto que no cambia nada en absoluto, pero estaba disfrutando de su risa, de su mirada, de sus movimientos. ¿Eso es amor? Tal vez si, como sea, son los únicos recuerdos de haber sentido algo que esta noche puedo recordar (y escribir).
Amigos no creo haber tenido nunca. En verdad no creo haber considerado amigo a nadie. En verdad no creo en la amistad. Mis amigos en la infancia fueron mas verdaderos en en la juventud. En mi infancia solo bastaba con preguntarle a alguien que color era su favorito para ser su amigo. En la juventud mis “amigos” eran solo personas por las cual me dejaba utilizar para poder utilizarlos yo también. Nunca quise tener amigos, pero en varios momentos de la adolescencia necesite a una persona, esas personas (mis amigos) nunca fueron incondicionales, y muchas veces no estuvieron cuando los necesite.
 Cuando finalmente pude madurar  (si es que la “madurez” existe) y conseguí un trabajo, y una cierta “estabilidad” note que no muchas personas pensaban como yo, nadie pensaba como yo. ¿Cómo iba a logar algo en una sociedad donde yo era solo un objeto vacio? Es mas, ¿Por qué razón querría yo lograr algo y demostrarle lo que realmente yo era a personas tan ignorantes? Yo estaba vacio, si, pero vacio de todas las idioteces y las hipocresías sociales, como las dependencia a las personas, el dinero, el amor, la amistad. Nada de eso existía para mí. Eran todos inventos para intentar dominar, para intentar dominarme. Yo había nacido solo y moriría solo, como todos, pero además, viviría solo, que eso es algo que en esta sociedad nadie sabe hacer.

1 comentario:

  1. "¿Cómo iba a logar algo en una sociedad donde yo era solo un objeto vacio? Es mas, ¿Por qué razón querría yo lograr algo y demostrarle lo que realmente yo era a personas tan ignorantes?"

    Es lo que me esta pasando a mi.

    Me encataron tus textos :D desde ya te sigo!
    Sos bienvenido en mi blog!

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